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Si por algo se caracteriza el Romanticismo es por la fascinación continua por los paraísos de la extravagancia y el delirio, por su búsqueda eterna de los pi
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Si por algo se caracteriza el Romanticismo es por la fascinación continua por los paraísos de la extravagancia y el delirio, por su búsqueda eterna de los pintoresco en lo estético y lo terrible en lo ético. Y sin duda, las tres figuras que componen esta Suite Romántica -Goethe, lord Byron y Walter Scott- expresan, en todas las direcciones imaginables el espíritu, las luces y las sombras del romanticismo. Maestros en el arte de escribir y crear caracteres literarios, poemas, romances e historias, no representan la versión más oscura, diabólica y siniestra del romanticismo, pero comparten afinidades que permiten agruparlas como los temas de un concierto. Goethe, lord Byron y Walter Scott se han convertido con el tiempo, además, conforme al gusto romántico, en dioses colosales, en mitos. Por esto, Mauricio Wiesenthal dedica una sonata, una suite, un divertimento, una sinfonía, un allegro, un scherzo o un simple impromtu a cada uno de ellos, dotando a la par a sus biografías de música, literatura y razón crítica; aceptando lo que tienen de leyenda, pero a la luz del espíritu humanista que caracteriza al autor, junto con su brillante pluma literaria, para que puedan ser reconocidos como lo que son: monumentos del arte y la civilización. Así, Wiesenthal se nos muestra una vez más y como siempre, guardián de la memoria, en tanto que ésta va unida a la emoción y al sentimiento.